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Roquefort (queso de moho azul): composición, beneficios y perjuicios, recetas

El roquefort está merecidamente considerado el rey de los quesos. En Francia, se le llama el plato de los reyes y los papas. Los gastrónomos de todo el mundo aprecian su increíble sabor a nuez.



Roquefort: ¿qué tipo de queso es, a qué sabe y a qué huele?

El roquefort es uno de los quesos azules con moho que se producen en Francia. Se produce en el sur de la provincia de Rougefort, cerca del pueblo de Roquefort. Es el pueblo que dio nombre a Roquefort. La carne es ligeramente húmeda y desmenuzable, con vetas de color verde azulado a grisáceo del moho Penicillium roqueforti. Se considera noble por sus efectos beneficiosos para el cuerpo humano. El producto hecho a mano se caracteriza por una distribución desigual del moho en su interior.

Queso Roquefort

La cabeza de queso no tiene corteza. Madura en un contenedor especial, en el que se vende. Esto no sólo evita que el producto se seque, sino que también impide el desarrollo excesivo de moho en una determinada fase. Normalmente, una pieza de queso Roquefort es cilíndrica, con un diámetro de 19-20 centímetros, y pesa algo más de 2,5 kilogramos. El envase del auténtico queso lleva la inscripción "Denominación de Origen Protegida Roquefort".

Historia del origen

Existe una interesante leyenda sobre el origen del queso Roquefort entre los franceses.

Según los relatos de los Rouergues, una vez un joven que pastoreaba ovejas en las laderas de las colinas, no lejos de Roquefort, decidió comer en una de las cuevas. Su comida era sencilla. Sólo pan, queso y agua. Antes de empezar a comer, se dio cuenta de que pasaba una chica y se apresuró a seguirla. Durante semanas persiguió a la bella desconocida, pero no pudo atraparla. Cuando volvió sin nada, encontró un moho azulado que se extendía desde el pan hasta el queso. Pero su hambre era tan fuerte que se arriesgó a probar un pequeño trozo. Para asombro del joven, su sabor delicado y salado era tan maravilloso que se llevó las sobras al pueblo para probarlas. Los lugareños también empezaron a llevar el queso y el pan a las cuevas, de las que había muchas en la zona. Así es como, según la leyenda, nació el Roquefort.

Los estudiosos modernos opinan que la aparición del queso con moho, cuyas esporas se pueden comer, fue una completa coincidencia.

A pesar de que el queso azul se considera más tardío en comparación con otros productos lácteos, la primera mención al mismo se encuentra en los escritos del antiguo polímata romano Plinio el Viejo, fallecido en el año 79 de nuestra era.

En 1411. En 1411, Carlos VI concedió a los habitantes de Roquefort el derecho exclusivo de producir el queso del mismo nombre mediante un rescripto especial.

Ahora, en virtud de las normas de protección de la UE, el queso de Roquefort se madura exclusivamente en las grutas que rodean el pueblo de Roquefort, en Francia. Hay siete empresas que participan en su producción. La mayor es la Societe des Caves de Roquefort. La empresa produce alrededor del 60% del total de la producción y es propietaria de varias cuevas. Son ellos quienes organizan las visitas a las queserías locales.

Vídeo: Cómo se hace el queso Roquefort Ampliar

Tecnología de producción

La receta clásica utiliza la leche de oveja como base. A principios del siglo XX se intentó sustituirla por la leche de vaca. Pero estropeó el sabor final del producto. Por ello, los fabricantes no han experimentado más y han vuelto al método de producción conocido.

Para fabricar el auténtico queso de Roquefort, la leche se extrae únicamente de las ovejas de Laconia, que pastan en los valles de la zona. Según la norma, una vez ordeñada, debe llegar al procesador en un plazo de dos días. Si ha transcurrido este tiempo, ya no es posible hacer un buen queso.

La leche se calienta a unos 30 °C para que se cuaje. Se añaden enzimas de la leche, gasificadores y esporas del hongo Penicillium roqueforti. La masa de cuajada ya preparada se mezcla, se corta, se vierte en moldes sin prensar y se sala con sal seca.

El queso se "pincha" antes de su maduración. La masa está perforada con radios especiales. Esto es para permitir la entrada de aire, para que el moho pueda desarrollarse. Este procedimiento se realiza a más tardar dos días antes de que comience el proceso de maduración.

El proceso posterior tiene lugar en un espacio geográficamente limitado: en las cuevas del valle del Combalou, que sólo tienen 2 km de largo y 300 m de ancho. La temperatura y la humedad del aire, que permanecen inalteradas en las cavidades naturales, permiten crear un producto de calidad.

La maduración en bodegas naturales se realiza en recipientes de madera o de plástico durante quince días. A continuación, el futuro queso se envuelve en un envase especial de papel de aluminio. Esto ayuda a regular el desarrollo de las esporas de Penicillium roqueforti. La maduración posterior tarda al menos 60-90 días. Si no lo hace durante ese tiempo, arruinará el sabor del producto.

Las técnicas modernas permiten que el proceso de maduración sea más lento, lo que garantiza que el mercado esté saturado de este sabroso producto durante todo el año.

Cómo sabe

La popularidad del roquefort se debe a su extraordinario sabor de múltiples capas, especialmente apreciado por los gourmets de todo el mundo. Al principio puede parecer un poco dulce y mantecoso, pero luego empieza a aparecer el sabor a nuez. Después, las afiladas venas de moho azul se revelan con toda su fuerza.

A qué huele

Las opiniones sobre cómo huele el verdadero queso Roquefort difieren radicalmente. Algunos piensan que tiene el aroma natural de la leche de oveja con un toque de piedra caliza. Algunos perciben un toque de avellana en su aroma. Y hay quien considera este manjar francés como uno de los quesos más apestosos del mundo, con un olor pútrido. Una cosa es segura: el aroma es inconfundible.

¿Qué diferencia al Roquefort de otros quesos?

Estas variedades azules se fabrican en varios países. Pero la legislación europea consagra el nombre de Roquefort sólo para el producto elaborado en el municipio de Roquefort-sur-Soulson.

En qué se diferencia el Roquefort del Dor Bleu y del Gorgonzola

Este queso no tiene corteza y tiene una consistencia mantecosa y cremosa con ojales llenos de moho verde-azulado. En los restaurantes de élite, para no dañar la estructura del Penicillium roqueforti, se utiliza una rebanadora especial para cortar el producto.

De dor blue

El dor blu, como el roquefort, es un queso azul. Pero quienes los hayan probado una vez nunca confundirán los dos productos. Aunque el producto alemán es el más joven de los otros quesos, ya ha encontrado sus admiradores. Lo produce la famosa empresa alemana "Kezerai Champignon Hofmeister". El Dor Blue es más asequible que su predecesor francés.

La paleta de sabores de este queso varía entre los herbáceos y los afrutados. Dependiendo de la variedad puede tener una consistencia diferente. Por ejemplo, la A la Creme es pastosa, la Classic se envejece de la manera habitual, semidura, y la Grand noir es la única variedad azul con un contenido de grasa del 60%.

Para quienes se atrevan a probar el queso enmohecido por primera vez, los expertos aconsejan empezar con el Dor Blue.

De gorgonzola

Este producto italiano se elabora a partir de leche de vaca utilizando el hongo penicillium glaucum. El queso se diferencia del Roquefort por su color más blanco con un suave tinte amarillento. El moho se dispone de forma irregular con las características vetas fúngicas. El dolce joven tiene una textura pastosa. Es muy dulce. El piccante más maduro es notablemente más denso.

El aroma de este queso es, por un lado, más áspero que el del Roquefort, pero por otro lado no es tan fuerte.

Composición y calorías

El queso roquefort casi no tiene lactosa. El valor calórico es relativamente alto: unas 335 kcal por 100 gramos, es decir, aproximadamente 1/5 de la ingesta calórica diaria de un adulto. Pero la rica composición química del producto lo convierte en un valioso alimento.

Cien gramos de la parte comestible contienen:

Vitaminas:

  • A (retinol) - 278 µg;
  • B1 (tiamina) - 0,03 mg;
  • B2 (riboflavina) - 0,4 mg;
  • B3 (ácido nicotínico) - 5,7 mg;
  • B5 (pantotenato de calcio) - 1,16 mg;
  • B6 (piridoxina) - 0,15 mg;
  • B7 (coenzima R) - 4,2 µg;
  • B9 (ácido fólico) - 39 µg;
  • B12 (cobalamina) - 0,62 µg;
  • C (ácido ascórbico) - 0,6 mg;
  • D (viosterol, ergosterol) - 0,89 µg;
  • E (tocoferol) - 0,4 mg.

Macronutrientes:

  • Potasio, K - 110 mg;
  • calcio, Ca - 740 mg;
  • magnesio, Mg - 40 mg;
  • sodio, Na - 1300 mg;
  • azufre, S - 205 mg;
  • fósforo, P - 410 mg;
  • cloro, Cl - 2004 mg.

Micronutrientes:

  • hierro, fe - 1 mg;
  • manganeso, mn - 0,03 mg;
  • cobre, cu - 60 mg;
  • selenio, se - 14,5 ug;
  • zinc, zn - 3,5 mg.

Aminoácidos esenciales:

  • arginina - 0,79 g;
  • valina - 1,08 gr.
  • histidina - 1,28 gr;
  • isoleucina - 0,88 gr;
  • Leucina - 1,52 gr;
  • lisina - 1,36 gr;
  • metionina - 0,53 gr;
  • metionina + cisteína - 0,68 gr;
  • treonina - 0,8 gr;
  • triptófano - 0,9 gr;
  • fenilalanina - 1,05 gr;
  • fenilalanina + tirosina - 2,25 g.

Aminoácidos sustituibles:

  • alanina - 0,55g;
  • Ácido aspártico - 1,22 gr;
  • Glicina - 0,35 gr.
  • Ácido glutámico - 4,06 gr;
  • prolina - 1,89 gr;
  • serina - 1,16 gr;
  • tirosina - 1,205 gr;
  • cisteína - 0,15 g.
  • esteroles (sterols);
  • colesterol 62 mg.

Ácidos grasos saturados:

  • caproico - 0,18 g;
  • Caprílico - 0,28 g;
  • láurico - 0,83 g;
  • mirístico - 1,57 gramos;
  • pentadecanoico - 0,28 gr;
  • palmítico - 4,9 g;
  • margarina - 0,28 gr;
  • esteárico - 3,7 g;
  • arachic - 0,37 gr.

Ácidos grasos monoinsaturados:

  • miristoleico - 0,51 g;
  • palmitoleico - 0,46 gr;
  • oleico (omega-9) - 6,93 gr.

Ácidos grasos poliinsaturados:

  • linoleico - 0,74 g;
  • omega-6 - 0,74 gr.

Los beneficios del queso Roquefort

El queso Roquefort producido en Francia está considerado como uno de los más saludables. Su contenido en glutamato es mayor que en cualquier otro producto natural.

Los beneficios del queso Roquefort

  1. Las sustancias contenidas en el moho Penicillium roqueforti ayudan al cuerpo humano a producir melanina. Protege la piel de los efectos nocivos de la luz solar activa y reduce el riesgo de tumores malignos.
  2. Los altos niveles de fósforo y calcio ayudan a fortalecer el esqueleto óseo. Por ello, el queso Roquefort es especialmente bueno para los niños y las personas mayores.
  3. El consumo regular reduce el riesgo de desarrollar tuberculosis.
  4. Los nutricionistas recomiendan el consumo de roquefort al menos dos veces por semana en pequeñas rodajas para los pacientes con gota y artritis. Las sustancias activas del moho tienen un efecto antiinflamatorio y alivian el dolor.
  5. Para la disbacteriosis, los médicos recomiendan comer un poco de queso Roquefort. No sólo crea un entorno favorable para el crecimiento de las bacterias beneficiosas, sino que también tiene un efecto supresor de la reacción de fermentación en el intestino grueso.
  6. Los niños y adolescentes deben tomar especialmente este producto. Ayuda a reforzar el sistema inmunitario. Las vitaminas y los minerales en los que es rico el queso son esenciales para el organismo durante el periodo de formación y crecimiento. Por eso se suele recomendar a las mujeres durante el embarazo y la lactancia.
  7. La proteína de fácil digestión ayuda a construir el músculo. Por ello, el queso roquefort es indispensable en el menú de un deportista.
  8. A pesar de su contenido calórico, las grasas principales son muy digeribles. Esto permite recomendar el producto en caso de trabajo extenuante y actividad física intensa. Para los trastornos del sueño y el aumento de la ansiedad, el queso de moho francés actúa como un antidepresivo natural. Normaliza el trabajo del sistema nervioso.
  9. Los aminoácidos y los antioxidantes ralentizan el proceso de envejecimiento de todo el organismo. Efecto beneficioso sobre la piel, dándole un aspecto flexible y fresco.

Daños y contraindicaciones

La intolerancia individual a los ingredientes del producto puede causar daños graves. Si es usted alérgico a la leche de oveja, no debería ni siquiera probar el roquefort. Además, el moho puede provocar una reacción alérgica. Por lo tanto, la primera vez que pruebe el queso, debe limitarse a un pequeño trozo y observar su estado.

Si el producto lácteo no es un elemento permanente en su mesa, los niños pequeños deben recibirlo con mucha precaución. Su consumo debe limitarse estrictamente, ya que los ganglios linfáticos pueden provocar una reacción negativa.

En algunos casos, el consumo excesivo de queso francés con moho provoca disbacteriosis. El moho puede alterar la composición de la microflora del estómago. Los médicos consideran que es saludable comer tan sólo 50-75 gramos de queso Roquefort al día.

La bacteria Listeria Gram-positiva que vive en el queso azul es perfectamente segura para una persona sana. Sin embargo, la listeriosis puede desarrollarse en el caso de un sistema inmunitario bajo, lo que provoca daños en el hígado y el sistema nervioso.

Las personas con sobrepeso sólo deben comer roquefort con mucha precaución y en cantidades muy limitadas. Es un producto muy calórico con un gran porcentaje de su composición en grasa.

Cómo elegirlo y almacenarlo correctamente

El auténtico queso francés Roquefort está disponible todo el año. Pero las complejas condiciones de fabricación y el largo periodo de maduración hacen que sea un producto bastante caro. Por ello, es prácticamente imposible encontrar este manjar en las estanterías de las tiendas de descuento. El elevado precio provoca la aparición de falsificaciones en el mercado, por lo que es importante saber elegir un queso de calidad.

Cómo elegir y conservar el roquefort

  1. En primer lugar, hay que prestar atención al embalaje. Un auténtico queso de Roquefort producido en las Rouergues debe tener un óvalo rojo con una oveja en el centro.
  2. El queso no debe tener corteza. El interior es ligeramente aceitoso y blanco. El moho se encuentra principalmente en los ojales, que están repartidos por todo el cuerpo del producto.
  3. Si las venas verdosas han llenado casi todo el espacio, esto le indica que el queso ha estado almacenado demasiado tiempo. Es mejor abstenerse de comprarlo.
  4. Las gotas transparentes de humedad, que pueden aparecer en la superficie del queso cuando cambia la temperatura, resaltan su alta calidad.
  5. No debe desmenuzarse ni escamarse al cortarlo. No todo el mundo tiene un cuchillo especial para el roquefort, así que puede utilizar un cuchillo de queso normal. Pero después de cortar cada rebanada, hay que limpiarla para no aplastar la siguiente.
  6. El olor del producto, aunque fuerte, no debe ser demasiado agrio. Esto indica que no se ha almacenado correctamente y no debe consumirse.

El roquefort debe colocarse inmediatamente en una bolsa hermética o en una bolsa de nevera. Cualquier cambio de temperatura acortará su vida útil. En casa debe colocarlo inmediatamente en el estante inferior del frigorífico.

Una vez abierto el envase, envuelva el producto en papel de pergamino, que debería cambiarse preferentemente cada dos días. Esto ayudará a retener la humedad necesaria y evitará que el queso se reseque.

El roquefort puede guardarse en un recipiente bien cerrado para evitar que el olor a queso azul y a moho se impregne en el resto de los alimentos del frigorífico. Puede conservarse hasta dos meses en esta forma.

Cómo y con qué se come el roquefort

Antes de servir, saque el producto del frigorífico con una hora de antelación y córtelo en gajos desde el borde hasta el centro. El sabor más intenso del roquefort se encuentra en las lonchas del centro del queso. Por ello, se acostumbra a poner diferentes rebanadas en el plato de cada invitado. Si pretende servirlo en un plato único y común, elija una bandeja de madera. En este caso, la cabeza no se corta, sino que se deja entera. A su lado se coloca un cuchillo especial con una cuerda para cortar.

Se puede comer esta delicia sola como postre. De este modo, se obtiene todo el ramillete de sabores. Se utiliza un cuchillo y un tenedor. Según los modales en la mesa, el roquefort no debe comerse con la mano.

Una versión clásica se serviría en pan de centeno rústico.

El roquefort suele acompañarse de uvas rojas, membrillos, kiwis, melocotones, manzanas verdes o higos. El queso azul combina bien con la miel, los frutos secos y la fruta deshidratada. Vale la pena probar el roquefort con fresas.

¿Qué vino va bien con el roquefort?

Es habitual combinar las variedades azules con un vino de alto contenido en taninos. Potenciarán el sabroso sabor de este manjar.

Los especialistas aconsejan Banyuls, Porto Vintage, Sauternes, Barsac.

Dónde comprar y cuánto pagar

Debido al elevado precio y al bajo poder adquisitivo de la población rusa, el queso francés Roquefort sólo se puede encontrar en boutiques gastronómicas o tiendas online. Por término medio, su precio a finales de 2021 oscila entre cinco y seis mil rublos por kilo.

Vídeo: Receta de queso roquefort Ampliar

Cómo cocinar el queso roquefort en casa

Es poco probable que el queso roquefort en casa tenga éxito. Pero el producto creado con sus propias manos no será menos delicioso y muy parecido al original.

Cómo cocinar el roquefort

Para empezar, hay que abastecerse de todo el equipo necesario. En el proceso, necesitarás:

  1. Un escurridor y un colador.
  2. Un cuchillo especial para cortar la masa de cuajada. Se asemeja a un marco metálico con cuerdas ensartadas. Pero si no piensa hacer queso en grandes cantidades, puede utilizar un cuchillo largo y fino. Debe llegar hasta el fondo de la sartén.
  3. Cucharas medidoras y un vaso de precipitados.
  4. Un termómetro preciso.
  5. Gasa.
  6. Papel de aluminio y papel pergamino.
  7. Una estera de drenaje. Puedes utilizar una esterilla de bambú que se utiliza para hacer rollos.

Para 16 litros de leche de oveja se necesita 1/4 de cucharadita de fermento mesófilo Danisco Choozit MA 11, 1/4 de cucharadita de moho Penicillium Roqueforti, 3,4 ml de una solución de cloruro de calcio al 10% (puede hacerla usted mismo a partir de gránulos), 4,8 ml de cuajo y 2 cucharadas de sal.

La leche de sobremesa comprada no es adecuada para hacer queso. Se pasteuriza a altas temperaturas. No formará un coágulo. Lo mejor es comprar el producto en una granja privada y pasteurizarlo en casa. Para matar todas las bacterias patógenas, basta con calentar la leche a 75° C y luego enfriarla rápidamente a 32 grados después de 30 segundos.

Una vez que la leche se ha enfriado a la temperatura adecuada, se añade el fermento mesófilo. Dejar el polvo en remojo durante 3 o 4 minutos antes de remover suavemente el contenido con una espumadera.

Vierta una solución de cloruro de calcio en el agua caliente (en la proporción de 3,4 ml de solución por 100 ml de agua). Se puede utilizar una mezcla al 10% preparada de antemano, asegurándose de que no haya lodos en ella.

El cuajo también se diluye en 100 ml de agua.

Vierta el líquido preparado en un cazo y remueva bien el contenido del recipiente. Añadir las esporas de moho diluidas en el agua.

Mantener la mezcla a una temperatura de unos 30 grados centígrados durante una media hora para que se forme un coágulo.

Compruebe si el coágulo de queso resultante está roto. Utilizar un cuchillo afilado y fino para hacer una incisión y levantar ligeramente la parte superior. Los bordes deben ser lisos. Si no es así, espere otros 15-20 minutos. Cortar la cuajada terminada en cubos y dejarla reposar. La nata cuajada se corta en dados para que el suero se escurra.

Amasar la mezcla durante media hora a 30 °C. Los cubos deben formar un grano rígido. Colocar en una gasa o en una bolsa de drenaje. Agitar el grano de queso sin apretarlo. De este modo, se elimina el suero restante. En la fase final del secado, se añade sal a la cuajada. Al introducir la masa de cuajada en el molde, no debe presionarse ni compactarse. Debería hundirse por su propio peso, dejando espacios huecos en su interior para que se desarrolle el Penicillium Roqueforti. El molde se voltea después de 15 minutos.

Cuando el futuro queso se haya enfriado a temperatura ambiente, transfiéralo a un lugar donde la temperatura del aire sea de 12-15 °C.

En el día 10-12, se hacen agujeros en el producto a unos dos centímetros de distancia. El queso se perfora en la parte superior e inferior a un tercio de profundidad. Utiliza un radio o palos de sushi para esto.

Al cabo de dos semanas debería aparecer un moho azul. Para inhibir su crecimiento, envuelva el queso primero en pergamino y luego en papel de aluminio.

Conservar el producto durante al menos 60 días a una temperatura de 10°C y una humedad del 80%. Si el queso es joven, tendrá un sabor más débil. Pero cuanto más madura, más suave y aromática se vuelve.

Recetas con queso roquefort

El queso azul francés con moho puede utilizarse para preparar una gran variedad de platos.

Quiche con Roquefort

Insólita quiche de calabaza con roquefort

La receta requiere cuatro porciones. Para hacer la masa, se necesitan 250 gramos de harina de trigo virgen extra, 125 gramos de mantequilla, un huevo de gallina y sal al gusto. La sal marina es la mejor, pero la sal común está bien.

Para el relleno, prepare 2 dientes de ajo, romero, 5 cucharadas de aceite de oliva (puede sustituirlo por cualquier otro aceite), una calabaza mediana, 3 huevos de gallina, 300 ml de leche al 2,5%, 140 gramos de queso Roquefort, pimienta, hierbas y sal.

Receta: añadir sal y mantequilla picada a la masa tamizada. Mezclar el huevo y 5 cucharadas de agua en un recipiente aparte. Verterlo todo en la harina. Amasar la harina a mano, tapar y dejar en la nevera unos 50-60 minutos. Extienda la masa. La masa debe tener un grosor de unos 3-4 cm. Engrasar una fuente de horno y colocar la masa en el fondo de la misma. Cubrir la parte superior con papel de horno y rellenarla con judías o guisantes secos. Esto es para asegurar que la masa mantiene su forma cuando se hornea. Precalentar el horno a 180° e introducir la fuente en el horno durante 25 minutos.

Mezclar el ajo finamente picado con el romero picado, el aceite y la sal. Cortar la calabaza pelada en gajos y hornearla en una bandeja de horno durante unos 20 minutos a la misma temperatura. Incorporar la leche, los huevos, la sal, las hierbas y la pimienta.

Colocar la calabaza horneada en el molde de hojaldre preparado, verter la mezcla por encima y espolvorear con el queso crema rallado. Hornear durante 35 minutos a la misma temperatura.

Ensalada de roquefort

Necesita 200 gramos de queso azul, 1 taza de crema, 1 cucharada de jugo de limón, ensalada verde, pimienta molida.

Añadir el zumo de limón, la pimienta y la nata al puré de queso. Mezclar todo hasta que esté suave. Disponer las hojas de ensalada en el fondo del plato y picar finamente el resto de las verduras. Mezclar con la ensalada de queso y colocar en un plato.

Cómo puedes sustituir el queso roquefort en la receta

No se puede sustituir el queso Roquefort por otro queso. El plato final tendrá un sabor diferente al previsto. Por lo tanto, si está preparando una recepción, es mejor experimentar de antemano con diferentes opciones. Entonces podrá encontrar un sustituto más o menos aceptable. Por lo menos, tendrá tiempo para elegir un plato diferente.

La regla básica es buscar un producto que tenga la textura más parecida al roquefort. No podrá encontrar una coincidencia completa en el sabor, pero debería buscar otras variedades azules primero. Por ejemplo, como Dor Blue o Gorgonzola. En Rusia han empezado a producir roquefort a partir de leche de vaca. Como plato independiente es notablemente diferente del original, pero combinado con otros ingredientes puede servir como un sustituto adecuado para hacer una ensalada compleja.

Además, en algunas recetas puedes probar a utilizar queso Adige, Feta y Tofu.

Tal vez pueda acabar inventando un plato completamente nuevo que agrade a los que le rodean tanto como lo hizo con la receta clásica.

Datos interesantes

  1. Antes de que se inventara la penicilina, el queso Roquefort se utilizaba a menudo como antiinflamatorio aplicándolo sobre una herida abierta. Se pensaba que evitaba el envenenamiento de la sangre y el desarrollo de gangrena. Los científicos confirmaron posteriormente que el moho Penicillium roqueforti es un antibiótico natural.
  2. En 2012, se lanzó en Rusia la serie de cómics Besoboi. Uno de los personajes, un ángel caído, fue llamado Roquefort por los autores. Su hermano recibió el nombre de otro famoso queso francés, el Beaufort.
  3. Los franceses llaman a este queso azul y mohoso "Monsieur Fromage" (de Fromage, que se traduce como queso). Esto subraya su respeto y amor por el producto.
  4. Los queseros intentaron una vez elaborar un mapa de los quesos franceses, pero abandonaron la tarea cuando la lista superó los 500. El roquefort es el primero de la lista.
  5. El famoso queso francés estuvo durante mucho tiempo prohibido en Australia. Los funcionarios locales lo explican por el hecho de que la leche no se pasteuriza a altas temperaturas antes de cocinarla. Sólo en 2005, después de que funcionarios australianos visitaran las queserías y observaran las cuevas donde se madura el roquefort, el queso fue reconocido como "comestible". Sólo se permitía la venta del producto fabricado en la provincia sureña de Ruerg. Otras variedades de queso azul no se vieron afectadas por ello.

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