Las gambas durante la lactancia: buenas o malas
Las gambas: un producto delicioso, sano y nutritivo. Son ricos en vitaminas y minerales y son muy valiosos para el organismo. Las madres jóvenes se preguntan a menudo si es posible comer gambas durante la lactancia y cómo introducir correctamente el nuevo producto en la dieta.
- ¿Puedo comer gambas durante la lactancia?
- Primer mes
- Segundo mes
- Cómo comer gambas correctamente
- Con qué combinarlo
- Cuánto puede comer al día
- Comer por la noche y con el estómago vacío
- Cómo pelar correctamente las gambas
- Los beneficios de los langostinos durante la lactancia
- Cuáles son los peligros de los langostinos durante la lactancia
- Cómo introducir correctamente las gambas en la dieta de una madre lactante.
- Cómo elegir y almacenar
- Cómo cocinar langostinos: Recetas
- Hervido
- Frito
¿Puedo comer gambas durante la lactancia?
Las gambas no son productos prohibidos durante la lactancia. Pero comerlos mi madre debería, sujeto a ciertas reglas. El hecho es que este producto no sólo es difícil para el estómago, sino también alergénico. Las gambas suelen ser la causa de los desagradables síntomas de las alergias del bebé, así como de la diátesis.
Además, es importante elegir el producto adecuado, porque los langostinos criados artificialmente contienen hormonas de crecimiento y antibióticos. La madre no puede comer este producto, ya que puede perjudicarla a ella y al bebé.
En el primer mes
Aunque los langostinos se encuentran entre los alimentos que pueden consumirse durante la lactancia, no deben comerse inmediatamente después del parto. Esto se debe a que el tracto gastrointestinal del bebé aún no se ha adaptado a las nuevas condiciones y no es capaz de absorber alimentos tan pesados.
En el primer mes de vida del bebé, la madre debe ser responsable de su alimentación y no introducir las gambas en su menú en esta etapa, aunque las haya consumido durante el embarazo.
El consumo de langostinos después del nacimiento, cuando el bebé se alimenta de la leche materna, puede tener consecuencias desagradables. Las alergias y las diátesis son las más comunes. El bebé empieza a preocuparse por las erupciones y los picores. A menudo se producen diarreas, flatulencias y cólicos. Así, en el primer mes de vida de un niño de la introducción de los camarones en la dieta de una madre lactante debe ser rechazada.
En el segundo mes
En el segundo mes, la madre puede diversificar un poco su dieta, ya que el sistema digestivo del bebé ha madurado y está preparado para digerir compuestos más complejos.
Pero incluso en el segundo mes después del parto, no se deben comer gambas. Contienen compuestos complejos, sustancias nocivas, hormonas de crecimiento y antibióticos. Además, el cuerpo del niño sigue siendo propenso a las alergias a este producto.
Para proteger a tu bebé de los efectos desagradables de una dieta incorrecta, no debes comer gambas.
Los expertos no han llegado a una opinión definitiva sobre cuándo se puede introducir este manjar en la dieta de la madre. Algunos sostienen que no debe hacerse antes de seis meses después del nacimiento del niño. Otro grupo de médicos recomienda que el producto se introduzca a partir del cuarto mes.
Es la madre quien debe decidir cuándo introducir los langostinos en la dieta. Pero el pediatra debe ser consultado en cualquier caso. El médico tendrá en cuenta todas las peculiaridades del desarrollo del bebé y recomendará el momento adecuado para introducir las gambas en la dieta de la madre en función de los resultados de las pruebas. El producto, cuando se utiliza correctamente, puede aportar beneficios inestimables no sólo para el cuerpo femenino, debilitado tras el parto, sino también para el bebé.
Cómo comer gambas correctamente
Es importante consumir el producto correctamente. Las gambas deben pelarse antes de su consumo. Suelen comerse con la mano cuando son un plato independiente. Pero la mayoría de las veces se sirven ya peladas. Sólo queda la cola por la que se recogen y se mojan en la salsa.
El cóctel de cangrejos de río se come con un tenedor especial diseñado para ostras o postres. No se utiliza un cuchillo porque el plato no tiene ningún uso significativo para él.
Cuando los langostinos estén completamente pelados y no tengan cola, deben comerse con cuchillo y tenedor.
Las gambas crudas no deben comerse nunca durante la lactancia. Si no se cocinan, su consumo provocará una grave intoxicación. Así, la madre puede perjudicarse no sólo a sí misma, sino también al bebé, porque todo lo que come pasa a la leche materna.
Lo que se puede combinar con
Las gambas pueden ser un plato aparte. Se hierven y se comen con salsa. También se pueden combinar con casi todas las verduras e incluso con la fruta. Las gambas con ralladura de limón, piel de naranja o rodajas de aguacate son una combinación deliciosa y saludable. Las verduras, especialmente el pepino fresco, también son un buen complemento. El tomate también va bien con las gambas.
Este ingrediente es adecuado para las ensaladas de marisco y es un acompañamiento ideal para los platos de pescado. Suelen aliñarse con aceite de oliva. También se puede utilizar aceite de sésamo. El aceite de sésamo les da un sabor inusual.
Las gambas también se utilizan en platos de pasta. También se utilizan en el plato italiano de la paella. El producto se utiliza ampliamente no sólo para aperitivos y segundos platos, sino también para sopas, patés y delicados suflés. Combina bien con casi todos los condimentos, como la pimienta roja, el cilantro y las hierbas.
Durante el periodo de lactancia, esta amplia aplicación del producto permitirá a la madre lactante encontrar un plato que se adapte perfectamente a ella y a su bebé. El consumo adecuado de gambas durante la lactancia ayudará a eliminar la aparición de efectos indeseables y aportará beneficios.
Cuánto comer al día
La madre que da el pecho debe prestar especial atención no sólo a los alimentos que ingiere, sino también a su cantidad. Un consumo excesivo provocará alergias, cólicos en la barriga del bebé.
Los expertos recomiendan controlar la cantidad de gambas. Para la primera vez, no pruebe más que un crustáceo de tamaño medio. Si el bebé no presenta síntomas desagradables en tres días, la cantidad puede aumentarse gradualmente.
Una madre lactante no puede comer más de 3 langostinos de tamaño medio al día. Se recomienda no comerlos más de 3 veces por semana. Por lo tanto, la tarifa semanal no puede superar las 10 piezas.
¿Está permitido comer a la hora de acostarse y con el estómago vacío?
Tras el nacimiento de un hijo, muchas mujeres comienzan a sufrir un aumento de peso o trastornos digestivos. Por eso surge la pregunta de si se pueden comer gambas a la hora de dormir.
Estos crustáceos son un alimento proteico. Son relativamente fáciles para el sistema digestivo y no causan pesadez ni hinchazón. Además, las gambas no tienen un alto valor calórico, no son perjudiciales para la figura.
Si el producto se cocina correctamente, sin utilizar mucho aceite vegetal, unos pocos trozos consumidos en la cena no dañarán la figura.
Pero los expertos recomiendan que las mujeres empiecen a comer langostinos a la hora de acostarse cuando ya se han introducido en la dieta de la madre lactante. Si una mujer prueba las gambas por primera vez después de dar a luz, es mejor hacerlo por la mañana. Esto es para poder controlar la reacción del bebé al nuevo producto durante el día.
También conviene recordar que es mejor comer por la noche un par de horas antes de acostarse. Durante este tiempo, el sistema digestivo digerirá los alimentos y no habrá molestias en el estómago.
No se recomienda comer gambas con el estómago vacío. Después de dormir es mejor elegir alimentos que aporten energía y calmen el hambre durante mucho tiempo. Las gambas no son uno de estos alimentos. Lo mejor es comerlos en la comida o en la cena.
Cómo pelar correctamente las gambas
El producto debe limpiarse de la cáscara antes o después de la cocción. El proceso de limpieza es sencillo:
- Coge una gamba por la cabeza.
- Póngalo boca abajo.
- Separar las piernas del cuerpo.
- Arranca la cabeza.
- Retire la cáscara tirando suavemente de ella. Se puede eliminar fácilmente de toda la superficie de la gamba.
Así se limpian las gambas pequeñas y medianas. Al limpiar los crustáceos grandes, también hay que retirar los intestinos, que parecen hebras de color oscuro. El proceso de limpieza es ligeramente diferente:
- Separar la cabeza del cuerpo.
- Con un cuchillo o unas tijeras, corta el caparazón por la mitad a lo largo de todo el lomo.
- Abra la cáscara y luego retírela.
- Separe las mitades de la parte posterior del langostino y retire los intestinos. Puedes hacerlo con un palillo o unas tijeras especiales.
El proceso de limpieza de las gambas, independientemente de su tamaño, no es difícil, sólo hay que tener un poco de práctica.
Beneficios de las gambas durante la lactancia
Las gambas son un producto saludable. Contiene muchas sustancias necesarias para el organismo, especialmente para las mujeres durante el periodo de lactancia. El consumo adecuado del producto sólo aportará beneficios al organismo. Las propiedades valiosas son:
- Aliviar la fatiga. Las gambas contienen aminoácidos que ayudan a eliminar la fatiga acumulada. También ayudan al cuerpo femenino a recuperarse más rápidamente después del parto. Los aminoácidos intervienen en el metabolismo, fortalecen el cabello y las uñas y activan el crecimiento del tejido muscular.
- Mejora de la función cerebral. Se ha observado que el consumo regular de gambas ayuda a activar la función cerebral y a mejorar las capacidades cognitivas. Esta peculiaridad del producto reside en la presencia de una sustancia llamada triptófano.
- Mantenimiento de la juventud. Las gambas contienen una proteína. Participa en la construcción de las fibras de colágeno, cuya cantidad determina el aspecto de la piel. El consumo de gambas ayuda a conservar y prolongar la juventud.
- Mejora de la glándula tiroides. A menudo, después del parto o durante el embarazo, las mujeres experimentan alteraciones endocrinas, ya que el periodo de gestación implica un cambio en los niveles hormonales. Las gambas contienen yodo, necesario para el buen funcionamiento de la glándula tiroides.
- Fortalecimiento de los huesos. Se sabe que el marisco contiene calcio en cantidades suficientes. Es la base del tejido óseo. Así, el consumo de gambas ayuda a fortalecer los huesos, los dientes, así como a mantener la belleza del cabello.
- Regulación de las glándulas sebáceas y sudoríparas. El producto contiene azufre. Este oligoelemento es esencial para el funcionamiento de las glándulas sudoríparas y sebáceas. En el caso de que se observe una cantidad insuficiente, el trabajo de las glándulas también se ve perturbado, lo que conlleva la aparición de ciertas molestias y problemas.
- Fortalecimiento de la placa del cabello y de las uñas. Esta propiedad de las gambas se debe a la presencia de zinc. Esta sustancia es esencial para el organismo en pequeñas cantidades, pero su deficiencia también provoca el deterioro del cabello y las uñas.
- Mantenimiento del sistema cardiovascular. Las gambas contienen astaxantina. Es él quien da al producto un matiz tan inusual. Esta sustancia también es necesaria para el funcionamiento del músculo cardíaco humano. En las gambas está presente en cantidades suficientes.
- Protección del sistema circulatorio. Esta propiedad se debe a la presencia de vitamina E. Tiene un efecto positivo sobre los vasos sanguíneos, los fortalece y los hace más elásticos.
- Mejora de la inmunidad. El marisco también contiene vitamina C, que es la base de una fuerte inmunidad humana.
- Mantener la vista. El embarazo y el parto tienen un impacto negativo en el cuerpo femenino, que bajo la influencia de diversos factores comienza a cambiar. Muchas madres notan un deterioro de la vista. El consumo regular de langostinos y otros mariscos, al contener vitamina A, puede ayudar a mantener la vista.
- Asegurar el correcto desarrollo del cuerpo del niño. Las gambas tienen una sustancia llamada omega-3. Es responsable del buen desarrollo del bebé, de la formación de sus órganos. Además, el aminoácido tiene un efecto positivo sobre el estado de la piel y el cabello, y fortalece el esmalte dental.
- Mejora de la función renal. Durante el embarazo, suele haber un trastorno del sistema urinario. El consumo regular de marisco, incluidas las gambas, ayuda a mejorarla. Contienen sustancias necesarias para el buen funcionamiento de los riñones.
- Reduce el riesgo de cáncer. Los científicos sugieren que el consumo de gambas ayuda a reducir la probabilidad de desarrollar tumores cancerosos, ya que contiene componentes que frenan la formación de células atípicas.
- La eliminación de toxinas y otras sustancias nocivas. Las gambas contienen antioxidantes bastante potentes. Esto es muy importante para el cuerpo humano, especialmente para las mujeres durante la lactancia. El hecho de que las sustancias nocivas penetren en la leche materna y causen síntomas desagradables.
Las gambas no son un alimento muy calórico, lo que es bueno para la lactancia. Además, el colesterol presente en el producto no es perjudicial para el organismo, no se deposita en las paredes de los vasos sanguíneos y no provoca obstrucciones.
Cuando se consumen adecuadamente, las gambas sólo pueden aportar cosas buenas al organismo de una mujer lactante y a su bebé.
Cuáles son los peligros de los langostinos durante la lactancia
Es importante que una madre lactante coma los alimentos adecuados. Recuerda que los langostinos son un fuerte alérgeno y no deben consumirse en los primeros 3-4 meses después del nacimiento. El bebé puede ser alérgico al marisco, lo que se manifiesta con manchas rojas, picores e hinchazón de las mucosas de la garganta y la nariz.
Los langostinos comprados en las tiendas no se cultivan en condiciones naturales. A menudo contienen antibióticos y diversas hormonas de crecimiento. Todas estas sustancias también suponen un peligro para el frágil organismo del bebé.
Las madres deben ser conscientes del hecho de que los mariscos, especialmente las gambas, y contienen compuestos radiactivos, sales de metales pesados y otras sustancias nocivas. A lo largo de su vida los acumulan en su cuerpo. Como resultado, este producto es peligroso no sólo para la madre, sino también para el bebé, porque todas estas sustancias penetran en la leche materna.
Las gambas recongeladas o mal almacenadas tampoco sirven. Lo mejor para una madre lactante es comer gambas recién pescadas. Pero esto no siempre es posible. Por lo tanto, es importante elegir y almacenar el producto correctamente.
Cómo introducir las gambas en la dieta de una madre lactante
La introducción de un nuevo producto en la dieta siempre sigue el mismo patrón. La primera vez que se pruebe el camarón debe ser cuando el bebé tenga al menos tres meses. Lo mejor es empezar a probar los cangrejos de río seis meses después del parto. A los tres días, hay que vigilar la reacción del niño: si hubiera signos como enrojecimiento de la piel o de las mucosas, sarpullido o picor, hay que rechazar el uso de gambas durante otros 2-3 meses. Pero si no hay síntomas desagradables, puede consumir el producto con seguridad. También hay que tener en cuenta las siguientes reglas:
- Para la primera vez, basta con un langostino de tamaño medio. Esta porción no dañará al bebé, incluso si hay una reacción alérgica.
- Vigilar cuidadosamente la reacción del bebé a la introducción de un nuevo alimento en la dieta de la madre lactante.
- Los expertos recomiendan que, en caso de alergia, se posponga la introducción de langostinos hasta después de la lactancia. Sólo entonces la madre puede consumir el producto sin temor a dañar a su bebé.
- La norma de camarones para una mujer que amamanta a su bebé es de sólo 3 piezas de tamaño mediano. Se pueden consumir hasta 10 gambas a la semana.
- La primera vez que se prueba el producto es por la mañana. Esto permite observar al bebé durante todo el día y, si es necesario, tomar medidas para que no le molesten los cólicos y otros síntomas desagradables por la noche.
Seguir unas sencillas reglas ayuda a que la introducción de los langostinos en la dieta de la madre lactante se realice sin problemas y reduce el riesgo de consecuencias desagradables.
Cómo elegir y almacenar
Es importante que la madre que amamanta a su bebé coma sólo alimentos frescos y de calidad. Esto también se aplica a los langostinos. Hoy en día, sólo los habitantes de las ciudades cercanas a los estanques de gambas pueden comprar gambas realmente frescas. Pero la mayoría de las tiendas venden cangrejos de río, cultivados en condiciones artificiales.
Se recomienda a las mujeres seguir las siguientes reglas a la hora de elegir:
- Las gambas al peso deben estar desmenuzadas. No se pegan entre sí y cada cangrejo de río está separado. Si se venden en el envase de fábrica, no debe haber grumos de hielo y producto en él. Su presencia indica que las gambas se han almacenado incorrectamente, se han descongelado y se han vuelto a congelar. Dicho producto no es apto para el consumo.
- El camarón tiene la cola doblada. Esto indica que la gamba fue capturada viva y congelada inmediatamente. Si la cola de la gamba está recta, se ha capturado muerta. Este producto no debe ser consumido por una madre lactante, ya que puede provocar una intoxicación.
- El color de la cabeza debe ser de un tono simple a marrón claro. Las gambas no deben ser de color negro. Indica que los crustáceos son tóxicos y dañarán el organismo.
- También debes prestar atención a la etiqueta. Debe contener toda la información necesaria sobre el fabricante, el tipo de gamba, la fecha de envasado, la fecha de caducidad y las condiciones de almacenamiento.
- Un paquete de gambas congeladas puede conservarse hasta un año a -18°C. La calidad de las gambas disminuye si la temperatura cambia continuamente, y se deteriora y no es apta para el consumo.
- Algunos fabricantes también indican la cantidad de gambas por kilo. Una cifra de 50/70 e inferior indica que el envase contiene gambas de gran tamaño. Los más pequeños se indican como 70/90.
- Antes de comprar, también hay que prestar atención a las condiciones de almacenamiento. Si las gambas se compran por peso, sólo deben almacenarse en un frigorífico bien cerrado en la tienda. El embalaje original debe ser hermético. Su manipulación indica que el producto no ha sido almacenado correctamente. Las gambas podrían estropearse.
- A la hora de elegir un envase, hay que escoger el que esté más cerca del foco de frío. Lo mejor es llevar la bolsa con el fondo.
El envase suele ser transparente, por lo que es fácil determinar la calidad del producto. Las gambas no deben presentar ningún signo evidente de deterioro. Entre ellas, la cola recta, la presencia de manchas negras y un caparazón seco. No se alarme si la cabeza del cangrejo de río tiene un tinte verde. No es un signo de deterioro. Este color aparece cuando la gamba se alimenta de plancton.
No es difícil elegir un producto de calidad. Es importante elegir con cuidado y comprar gambas sólo en tiendas de confianza. Para una madre lactante es importante que todo lo que coma sea de la máxima calidad. De ello depende no sólo su salud, sino también la del bebé.
Si las gambas están cubiertas de una costra de hielo o si hay una gran cantidad de hielo en el paquete, no debe comprarlas. No coma un producto que tenga una carne blanda y amarillenta. Se trata de gambas viejas, cuyo consumo puede acarrear consecuencias desafortunadas.
La salud de la madre y del bebé depende de lo bien que se hayan cocinado las gambas. Un tratamiento térmico insuficiente provocará una intoxicación incluso después de consumir el producto de mayor calidad.
Cómo cocinar las gambas: recetas
Las gambas no necesitan hervir durante mucho tiempo, basta con 5-15 minutos, dependiendo del tamaño de las carcasas. Además, hay que tener en cuenta las siguientes normas a la hora de cocinar:
- Antes de hervir los crustáceos, sumérjalos durante 2 minutos en agua fría. Esto es para asegurar que la carne cocida esté firme y no "gomosa".
- Abrir el caparazón de los langostinos grandes para retirar los intestinos antes de cocinarlos.
- Tomar 2 litros de agua por kilo de gambas.
- Salar según la cantidad de agua: una cucharada por litro.
- No es necesario pelar las gambas antes de hervirlas.
- Lleva el agua a ebullición primero y luego añade las gambas.
- Los crustáceos están listos en cuanto empiezan a flotar en la superficie.
- Escurrir el agua en un colador.
Las gambas cocidas no deben almacenarse y deben consumirse inmediatamente.
Estas sencillas reglas pueden ayudar a preparar un producto sabroso.
Hervido
Para conseguir un plato de gambas sabroso, puedes añadir un poco de zumo de limón o una hoja de laurel al agua hirviendo. Esto les dará un sabor y un aroma especiales.
Para una madre lactante, puedes preparar una sopa de puré. Para prepararlo, necesitarás:
- 100 gramos de gambas cocidas;
- 3 patatas;
- 1 queso fundido;
- 1 zanahoria;
- 1 calabacín;
- 1 cebolla;
- 1 cucharada de mantequilla;
- Salar y sazonar al gusto.
Hervir las verduras hasta que estén completamente cocidas, luego añadir la mantequilla y el queso. Mezclar todo en una batidora hasta que quede suave. Freír los langostinos en un poco de mantequilla y adornar con el puré. También se puede añadir una pequeña cantidad de especias.
Frito
Este plato ayudará a diversificar la dieta de una madre lactante. Necesitará gambas, un poco de aceite vegetal o de oliva, 20 gramos de mantequilla y especias.
Descongele primero las gambas. Para ello, póngalos del congelador a la nevera con antelación. A continuación, pelar las gambas.
Poner las gambas en una sartén precalentada y engrasada con aceite. Freír, removiendo constantemente, durante 6-8 minutos. Sazonar y añadir la mantequilla 2 minutos antes de que estén listos. Después, apaga la olla y tapa la sartén durante un par de minutos.
Cocinar gambas no es difícil. No requiere ninguna habilidad o conocimiento especial.
Las gambas son un alimento valioso para el organismo. Pueden ser consumidos por la madre durante el periodo de lactancia, pero hay que tener cuidado y consultar al médico antes de introducirlos en la dieta. Esto reducirá significativamente el riesgo de efectos adversos.
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