Qué frutos secos son buenos para el hígado
La tarea del hígado es sintetizar la bilis y eliminar las sustancias tóxicas del organismo. Para estos procesos el cuerpo utiliza muchas vitaminas, minerales nutrientes, glucosa y agua. La mayoría de estas sustancias pueden obtenerse de los frutos secos.
Sus principales beneficios radican en que están cargados de fructosa y fibra. El primer ingrediente es fácilmente descompuesto por el organismo, aumentando sólo ligeramente los niveles de glucosa, y sintetiza rápidamente la energía. En cuanto a la fibra, es esencial para el funcionamiento normal de todo el tracto digestivo, especialmente para limpiar el cuerpo de toxinas.
Sultanas
La inclusión periódica de este manjar en el menú ayuda a reducir el nivel de colesterol "perjudicial" en el organismo. En concreto, las sultanas estimulan el hígado, ya que sólo este órgano puede descomponer los compuestos lipídicos.
La decocción basada en este producto tiene un fuerte efecto colerético.
Albaricoques
Investigadores estadounidenses han descubierto que los albaricoques secos tienen resinas fenólicas que reducen la inflamación del hígado.
Además, los albaricoques previenen la disfunción del tejido hepático y evitan que las células sean sustituidas por tejido graso y fibroso. También se consideran la principal fuente de fructosa.
Ciruelas pasas
Estos frutos secos son una de las mejores formas de limpiar el tracto gastrointestinal. Las ciruelas pasas se caracterizan por un fuerte efecto laxante, que permite eliminar incluso los alimentos mal digeridos. La mayoría de las veces, es la fuente de toxinas dañinas. Todo ello contribuye a reducir la carga del hígado.
Contraindicaciones del consumo de frutos secos
No se recomienda comer esta categoría de productos en caso de obesidad, intolerancia y en el caso de la diabetes, que fluye en la fase aguda. En caso de diabetes de tipo 2, los frutos secos pueden consumirse en pequeñas cantidades, pero sólo después de consultar a su médico. Normalmente, esto sólo puede hacerse cuando el paciente no se inyecta insulina.
En caso de enfermedad hepática, los frutos secos pueden consumirse con moderación. Lo principal es regular el volumen de carbohidratos. Por ejemplo, si comes más de 70-100 g de postre, su exceso se convertirá en compuestos grasos, de los que se encarga el hígado. En consecuencia, habrá una mayor carga para el órgano.
Si a una persona se le diagnostica una cirrosis en fase inicial, también puede consumir frutos secos. Después de todo, en este caso, el hígado sigue conservando todas sus funciones.
Pero en el caso de la hepatosis grasa, no siempre es posible incluir dicho producto en la dieta. En este caso, es necesario saber qué proceso metabólico está alterado, por ejemplo, si se ha elevado el nivel de glucosa en sangre, etc.
Cómo elegir los frutos secos adecuados
Hoy en día, las bayas y frutas secas se han tratado con diversos productos químicos para prolongar su vida útil y mejorar su presentación. Para obtener un producto seguro, debe evitar comprar en lugares dudosos. También es aconsejable no buscar la fruta más brillante y bonita. La mayoría de las veces, la fruta más útil es la que tiene un aspecto antiestético.
Antes de utilizar la fruta confitada en los alimentos, es necesario no sólo lavar la fruta, sino también remojarla en agua durante 30 minutos 3 veces. La solución debe cambiarse cada vez.
A menudo se puede encontrar polvo, suciedad o telarañas en los pliegues de los frutos secos, por lo que no se debe comprar un producto de este tipo. La presencia de un olor rancio indica un exceso de humedad, que favorece el desarrollo de moho y hongos.
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