Qué bayas son buenas para el hígado. Las 4 mejores bayas
Los malos hábitos, los alimentos grasos, la toma de medicamentos: en todos estos casos, el golpe principal se lo lleva el hígado. Por ello, este órgano necesita muchos cuidados y atención. Esto se aplica en particular a la dieta. Para mantener el hígado sano, debes evitar el alcohol, la comida rápida y los alimentos fritos. También es importante comer regularmente frutas y verduras frescas. Las bayas también son especialmente útiles. Las bayas contienen un caleidoscopio de vitaminas y minerales que las hacen muy saludables.
¿Qué bayas debo elegir?
Para no sobrecargar el hígado, elige bayas de sabor neutro o dulce. Por otro lado, un sabor agrio marcado puede ser una señal de que una baya concreta es indeseable en las enfermedades del hígado y puede provocar la exacerbación de la enfermedad. Por ello, es mejor limitar las grosellas rojas, los arándanos y los arándanos rojos. Pero las ciruelas, las uvas y las frambuesas son beneficiosas, sobre todo si se padece una enfermedad hepática aguda o crónica.
¿Cuáles son los beneficios de las bayas para el hígado?
Para comprender los beneficios de las bayas para la salud del hígado, basta con observar detenidamente su composición.
Uvas
Esta baya es conocida por su alto contenido en antioxidantes. Destruyen los radicales libres y protegen así el hígado del envejecimiento. Además, las uvas tienen un pronunciado efecto desintoxicante y restauran la función del órgano a nivel celular. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta baya tiene un alto contenido en fructosa, lo que puede ser indeseable en la cirrosis.
Ciruela
Suculenta y dulce, la ciruela no sólo sacia el hambre sino que también purifica la sangre. Por ello, ayuda a limpiar el hígado y a regenerarlo. Las ciruelas serán especialmente útiles para las personas con hepatitis no infecciosa. Se pueden consumir tanto frutas frescas como secas.
Frambuesas
Esta sabrosa baya tiene un alto contenido en ácido acetilsalicílico natural. Por eso tiene un potente efecto antiinflamatorio, y ayuda a superar las enfermedades del hígado o a recuperarse de una enfermedad.
Cherry
Vitaminas C, PP, zinc, hierro y potasio: todos estos elementos se encuentran en abundancia en la pulpa de las cerezas. No sólo compensan las carencias vitamínicas, sino que también desintoxican el organismo y, al hacerlo, facilitan la función del hígado. Si quieres mantenerte sano, come cerezas tan a menudo como sea posible durante la temporada de verano.
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